La fantasía urbana de Alejandro Gabriel
21-11-2024Por: Bett Pavetti
En la actual exhibición de Alejandro Gabriel, el artista construye una ciudad pop, llena de brillos y fantasías. La pregunta sobre cómo se diseña el espacio urbano y cómo eso condiciona nuestra manera de vivir sobrevuela toda la muestra.
Hay una ciudad perdida donde todo está lleno de gracia. Las personas que viven ahí son celebratorias, sinvergüenzas, alegres y jubilosas. El asfalto huele a frutilla y el aire suena a una canción pop. Las formas con las que uno se encuentra en ese lugar no son medianeras calvas ni pelos de cables. Son construcciones opuestas al concreto y a la lógica inmobiliaria: es imaginación y suavidad. Dícese que muchxs que viven en torres atragantadas por parásitos que conectan los pisos y cuartos entre sí. También están las viviendas unifamiliares para las personas que han tomado la decisión irreversible de tener una familia, es un búnker que se cierra como una flor para llegar a ese hermetismo deseado del exterior. Hay telos que te esperan con una pasarela para presumir a tu compañerx de turno, también plazas suspendidas en el aire, un templo con patios de comida y tiendas. Por último, en la solemne muerte que a todos nos llega, tampoco los cadáveres escapan: los cuerpos se vuelven una canica para que el duelo pueda ser un poco más divertido.
El problema es que sólo se puede llegar a esa ciudad con un mapa oculto. Las personas comunes lo buscan hace años con ímpetu, potencia, furiosamente, pero no pueden encontrarlo. Es que ese mapa reside escondido dentro de las oscuridades húmedas y angostas de un recto. Así es: ahí afuera hay un mapa hecho un tubito metido en el recto de una persona, viva o muerta, que lleva a las puertas de esta fantástica ciudad. Existe el mito de que fue pasando entre anos y que puede estar entre nosotrxs. Otros dicen que el último que lo tuvo murió y hace falta exhumar su cuerpo y que tal vez hoy en día está hecho una canica en un cementerio extraño. La realidad es que hasta el momento esta ciudad sólo existía entre chismes, hasta que un día, un artista llamado Alejandro Gabriel, tuvo una visión y decidió construir una posible maqueta de esta ciudad. Actualmente no sabemos si existe o no, pero sabemos que el artista investigó entre todos aquellos aventureros y charlatanes para unir entre cada visión un punto en común.
¿Existe realmente esta ciudad? No lo sabremos nunca, o por lo menos no lo sabremos aquellas personas que no estamos dispuestas a buscar en rectos para encontrar un mapa. ¿Importa que esta ciudad exista? Sí, pues ya existe, por lo menos en un formato más pequeño. Está acá, mostrada por un vidente POP, una bruja kitsch, nigromante cursi, arlequín de las pasiones.
Los planeamientos urbanísticos moldean nuestra psique. La película de Gustavo Taretto “Medianeras” lo dice perfecto en esa intro que luego es difícil de superar con el resto de la película: la falta de planeamiento urbanístico de Buenos Aires nos define como personas con la imposibilidad de proyectar nuestro futuro. Los edificios puestos de formas arbitrarias por toda la ciudad nos hacen ser una criatura amorfa de diferentes aversiones y principios. Una identidad monstruosa, única, maravillosa. Según Taretto, la raíz de todos nuestros males es el planeamiento urbanístico. Y luego tenemos esta ciudad misteriosa, ese experimento extraño que nos hace preguntarnos cómo sería la identidad de quien vive en un lugar donde casi no hay aristas de 90 grados y casi todo es brillante, pastel y redondo. Un lugar donde la ética y la moral parecen estar saldadas. Donde no hay conflictos internos entre el consumismo y la identidad. Donde lo arbitrario es bienvenido no como una destrucción de la tradición sino como una constante construcción de la misma.
En el sótano de la galería Mirador se esconde un juego ansioso oracular. Allí encontrará cuál es su vivienda y cómo será su vida en ese mundo que es tan brillante y extraño llamado La Ciudad de la Noche.
La ciudad de la noche, de Alejandro Gabriel se pude visitar en El Mirador
(Av. Brasil 301, Buenos Aires) hasta el hasta el 19 de diciembre.
Foto de portada: registro de sala por Benjamin Vizcaino (@siesta.____).