Una fuga hacia adelante
28-11-2024Por: Gaia Gordin Florencia Böhtlingk
En esta conversación Gaia Gordin y Florencia Böhtlingk reflexionan sobre En pampa y la vía, el libro de Osvaldo Baigorria editado por Blatt & Ríos.
Sabes que soñé que dos linyeras se encontraban una vaca en la calle? Media vaca.
Justo cuando estás leyendo En pampa y la vía! El libro de Osaldo Baigorria.
Si, hay una relación.
Aunque el linyera urbano tiene poco que ver con el croto de esa época.
Los crotos de esa época no andaban en la ciudad. Andaban por el campo, por las vías del tren.
Según Baigorria se les dice crotos por un funcionario de apellido Crotto, que autorizó el viaje gratis en tren a los trabajadores golondrina que hacían las cosechas a mano en todo el país. Iban a la zafra tucumana, a levantar el maíz en la pampa húmeda. Todo a mano. Luego vino la mecanización y quedaron obsoletos, pero hasta entonces los necesitaban.
Hoy en dia viajar gratis en tren, en el techo, como iban ellos, ya no existe más.
Un poco me dejó pensando el libro de Baigorria, en qué trabajos que hoy siguen vigentes van a quedar obsoletos con el tiempo. Quien se hubiera imaginado que iba a quedar obsoleto el trabajo de levantar a mano una cosecha.
Si claro, una cadena de pensamiento tan simple como que sale el fruto de la planta y de allí va a la mano se ve interrumpida de repente. Hoy también pensaba como la vida del croto era también una manera de fugarse de los valores tradicionales de la vida, como por ejemplo el matrimonio, la casa fija, los hijos, el trabajo con patrón de tal hora a tal hora, toda esa manera de vivir. Era una vía de escape. Ahora no hay tantas maneras de fuga. Tampoco existe esa figura paternalista del patrón. Como que es lo financiero, el capital.
La cosa está despersonalizada, más abstracta.
Lo interesante que plantea Baigorria es que mientras ahora el linyera, o la persona en situación de calle, se ve como en situación de desgracia, el croto en vez, en esa época no tenía esa connotación, su vida era una elección libre y honorable, no había un estigma social, era una opción de vida sin ataduras.
Que venía acompañado de un ideal muchas veces anarquista, con lecturas sobre el tema.
No sólo lecturas también prácticas, porque muchos tenían conocimientos sindicales y con charlas iban creando sentido de organización. Venían de Italia o Europa central, hasta de Rusia. Adoctrinaban a los trabajadores acerca de sus derechos. La mayoría eran muy cultos, me gusta la imagen de la biblioteca que tenían adentro de una caño junto a un río.
Con panfletos que tenían que descartar por peligrosos, revistas anarquistas. Lo que no podían llevar encima por si los agarraba la poli.
Exacto, Iban con esa necesidad de ir livianos.
Pensaba tambien si en un futuro, a causa de la inteligencia artificial, el trabajo de los artistas pueda quedar obsoleto.
Todos nos lo preguntamos y por momentos la respuesta es si, y por momentos la respuesta es no, porque el trabajo del artista depende mucho de lo manual pero también de la expresión personal, de nuestro deseo de comunicar. Sería una traición con nosotros mismos tercerizar nuestra propia comunicación con el mundo exterior.
Pero quizás ni esté en nosotros la decisión, y la inteligencia artificial termina siendo más eficiente a la hora de traducir sentimientos y tendencias, quizás nos entienda más de lo que nos entendemos a nosotros mismos.
Entonces en ese momento podría establecerse otro modelo de fuga, como el de los crotos.
Si en ese momento elegir ser croto era una línea de fuga, elegir ser artista hoy, es una línea de fuga?
“ Cada uno es siempre libre de abandonar a su capricho, de hacer rancho aparte si esto le conviene, de quedar en el camino si está fatigado, o de tomar el camino de vuelta si está aburrido”
Joseph Déjacque, 1858 (epígrafe del capítulo 2)
Foto de portada: “Idilio Criollo”. Pallière, Jean Léon. 1861. Colección Museo Nacional de Bellas Artes.