Romina Paula y los fragmentos de su vida
13-05-2024Por: Ana Montes
El nuevo libro de esta autora fue editado por la editorial Marciana. Es la primera vez que incursiona de lleno en la no ficción. Según apunta la escritora y artista Ana Montes, "este libro es una lista de interacciones con el mundo".
“Ni por dónde empezar, sé” dice Romina Paula en una de las 45 crónicas que componen Otra cosa es permanecer, su último libro. Y yo tampoco sé por dónde empezar con esto que acabo de leer. Digo crónicas y me pregunto si son crónicas, ensayos o relatos, por qué no. Repaso el índice: Mi amiga poeta, Bléfari, Rilke y los artistas y el dinero, La rueda mágica, ¿Y vos, cómo hacés para vivir?, Los Lampe y eso que mi madre no es de andar perdiendo amigas por ahí, Un retrato, un domingo sin celular y la obsolescencia programada, Ave Fénix, Hermanos de sangre, La plaza. Quisiera copiar todos los títulos acá pero no me alcanzan los caracteres.
Una hipótesis de lectura: este libro es una lista de interacciones con el mundo. Accedemos, a través de sus páginas, a una forma atenta y particular de observarlo todo, la de Romina. Después de observar así, tan de cerca, escribe para hilar esos fragmentos que aparentemente no se unen. El mecanismo es más o menos así: una situación de la vida íntima se une con una escena de una película que vio o con un texto de una novela que usó a su vez para una obra de teatro o un recuerdo de su infancia se une con una escena de la que ella es espectadora en un espacio público. Y así, estas piezas sueltas que andan dando vueltas por el mundo sin aparente relación forman, gracias a ella, un nuevo sentido.
En otro de los fragmentos de este libro (pienso ahora que a lo mejor son fragmentos y ya; ni crónicas, ni ensayos, ni relatos), Romina dice que en la práctica consciente del yoga “no hay a dónde llegar. Se avanza apenas pero ni siquiera se trata de avanzar”. Esa frase, que subrayé con lapicera, es la sensación exacta que tuve mientras leía. No quería llegar a ningún lado, no pensaba en cuántas páginas quedaban para que algo se resolviera en el devenir de las palabras. Simplemente leía y disfrutaba de ver cómo esas ideas que le aparecían a Romina escribiendo de desplegaban en la hoja, casi como si fueran dibujos.
Este libro empieza con una cita de Clara Muschietti: “Salvé a una mujer de morir”. La cita sigue y es hermosa pero Romina la trae para contar que Clara, su amiga, la salvó de no poder decir, de no poder contar la muerte de su hermana. En ese acto empieza la aventura de estos fragmentos que son intentos de eso, de ponerle nombre a la experiencia de vivir en este mundo y compartirla con otros.
“¿Es la vida una o varias?” dice Romina en otro fragmento. Y en otro, refiriéndose al rodaje de una película en la que actúa, dice que los rodajes son “una pequeña vida de prestado dentro de la nuestra”. Y acaso este libro sea sobre esto. Sobre las distintas formas de vivir, sobre las ficciones que leemos, que actuamos, que vemos, que inventamos para vivir muchas vidas dentro de la nuestra. Para soportar la que tocó y, por qué no, para transformarla.
Sin buscar avanzar a ningún lado, el libro me lleva a su final. Al último fragmento, que es sobre una muerte otra vez, pero la de un amigo. En esta parte aparece, como en un círculo perfecto que une el principio al fin, otra cita de Clara Muschietti como posible salvataje ante el dolor: “Cuando algo importante se cae, se vuelve a caer todo lo importante que se cayó en el pasado”. Romina ahora sí que puede nombrar la muerte. La nombre y la comparte con quienes la leemos para que pese menos o para que quede registrada en algún lugar porque, como dice hablando de su amigo que murió, hay aprendizaje en “la generosidad de alguien que comparte su experiencia con otros para que puedan desplegarse, el de la fé del hacer con otros, que es casi lo único que no nos van a poder quitar”.
Otra cosa es permanecer, de Romina Paula
Editorial Marciana
Páginas: 264.
Año de publicación: 2024